19 de octubre de 2010

~Luego pienso el título~

Mi señor, permita que le muestre que no soy esa ignorante que todos predican, tampoco soy la insensible de los que otros huyen. Mucho menos puedo ser una asesina, quizá usted llegó a creer cada una de las palabras proferidas por sus vanales y sucias bocas, en cambio, si deja que esta boca mía le indique el sendero verdadero por el cual mis pies han avanzado, se sorprenderá de las grandes mentiras.

Quisiera ser protagonista de mi vida, de esa vida real, no de aquélla creada por mujeres de hombres de vicio y ocio.

-Por favor, señor mío, lo he considerado mío desde el primer cruce de palabra; y usted puede considerarme suya desde antes siquiera de conocerlo, antes de nacer, antes de que mi madre naciera. Yo le pertenezco de pies a cabeza... puede inspeccionar cada folículo, puede interrogar a cada uno de ellos, si es de su preferencia. Sólo con el primer roce de sus dedos, eso ha bastado para que mi cuerpo y mente lo siguieran como un mendigo detrás de un mendrugo de pan.

Señor mío, dígnese a mirar hacia su costado izquierdo, verá lo infeliz que me hace con sus rechazos, con sus desdenes. Sólo un beso le he pedido. ¿Cuánto odio puede sentir, señor mío, si sólo son mentiras, falsos testimonios de ojos ciegos, de ojos sin presencia?

Esto no durará más que un cuarto del tiempo que su imaginación tardará en desnudar mi cuerpo, el tiempo que usted, señor mío, tarde en insultos e intentos de golpes, ese tiempo que pierda en escupirme al rostro mi condición de mujer sin amo. Ese tiempo será lo que requiera para crear una vida entera a su lado, creando recuerdos asimilados desde la infancia.
Pero, señor mío, de qué otra manera necesita para entender que sólo soy de usted, de sus besos amargos por el tabaco de mala calidad, por las palabras de aliento al no poder levantarme después de una larga noche de su buen ánimo.

Pudiera ser petulante decirle te amo, estas palabras son compuestas por elementos desconocidos para mis recuerdos.

Señor mío, me conformaré con el simple roce de tus dedos, y con alguna u otra noche de su buen ánimo.


[Alguna de las tantas noches en las que el vil sueño me abandonó]

3 comentarios:

Elena dijo...

Me sonó a Sor Juana de repente... eso de leerla xD

Me agrada esa como carta (?)

Simple y clara n.n

Unknown dijo...

Con eso de "Señor mio" no sé, no lo ubiqué en la actualidad, tal vez en algún lejano pasado :B

Gloria dijo...

Mejor en algun lejano presente :P


naniiiis

mi que andaba de metiche en blogs :P


teresita T.T